Pensamiento crítico y creativo: relacionado con la capacidad de abordar las cuestiones con
una mentalidad abierta y estar dispuesto a modificar las propias opiniones ante nuevos datos
y argumentos convincentes. Contribuye en la toma de decisiones favoreciendo la exploración
de alternativas y analizando sus posibles consecuencias.
Comunicación eficaz: referida a la posibilidad de expresarse tanto en forma verbal como no
verbal y de un modo asertivo que, a la vez, respete el derecho de los demás sin renunciar al
propio.
Habilidad para establecer y mantener relaciones interpersonales: vinculada con la posibilidad
de relacionarse en forma positiva con quienes se interactúa en los diferentes ámbitos y los
distintos roles que el individuo desempeña.
Capacidad para tomar decisiones: relacionada con la posibilidad de evaluar opciones, analizar
sus efectos y realizar una elección activa frente a situaciones de la vida cotidiana.
Conocimiento de sí mismo: referido a las propias características, carácter, modos típicos de
reaccionar, fortalezas, debilidades.
Manejo adecuado de las emociones y la tensión: muy relacionado con el anterior, se refiere al
reconocimiento de las propias emociones y cómo influyen en el comportamiento así como a la
capacidad de controlar las respuestas de un modo adecuado y saludable.
Capacidad de empatía: permite reconocer las emociones de los otros y poder ponerse en su
lugar para comprender diferentes perspectivas sobre una situación.
Capacidad para la resolución de conflictos: puede considerarse que en ella confluyen y se
articulan todas las anteriores ya que contribuye a enfrentar en forma constructiva las
diferentes situaciones que implican diferencias con los otros, percibidas como incompatibles,
recurriendo a estrategias de negociación en lugar de la confrontación rígida de posiciones.
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